El viernes por la noche fue el primero de los dos espectáculos con entradas agotadas de Benee en Spark Arena de Auckland, Nueva Zelanda. Más de 6.000 personas en el primer concierto en Nueva Zelanda en la nueva normalidad, después de semanas sin transmisión comunitaria.
Es el mayor concierto que se hizo en todo el mundo en ese momento. La cantante y compositora neozelandesa de 20 años de edad usó alas de hada, orejas de gato y un traje espacial durante diferentes partes de su set.
Las imágenes impresionan al otro lado del mundo. Muestran algo soñado por muchos: un concierto sin restricciones, distancia de seguridad o mascarillas. De hecho, según Stuff, en medio de su actuación, Benee aseguró que no esperaba volver a los escenarios por lo menos «durante un año».
En estos momentos, el país solo tiene 42 casos de COVID-19 activos, ninguno de los cuales se encuentra hospitalizado. De ellos, tres han sido diagnosticados en las últimas 24 horas.
Este control de la expansión del coronavirus, con 1.530 casos confirmados desde que comenzó la pandemia, facilita la celebración de eventos de este tipo sin apenas controles, más allá de tomar la temperatura a quienes acudieron al concierto.
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