Deyse Ricarte, una joven de 28 años de edad y madre de un hijo de 11, estaba transportando 71 gramos de cocaína desde Brasil a Portugal en varias bolitas en su estómago cuando una de ellas explotó. Al darse cuenta de que iba a morir, grabó un vídeo de despedida para su familia.
El pasado 8 de julio viajó desde Brasil a Portugal con la cocaína en el estómago. En un hotel de la ciudad de Lisboa notó que una de las bolas se había roto, produciéndole una sobredosis, y grabó un vídeo para despedirse de su familia.
Grabó el vídeo y se lo envió a un amigo: »¿Crees que mi cara está hinchada o es normal? Creo que voy a morir, amigo. Oh señor, ayúdame. Amigo, habla con mi madre y dile que la amo a ella y a mi papá. No voy a conseguirlo. Dios, ayúdame».
También envió a su amigo una foto de la tarjeta del hotel donde estaba hospedada en Lisboa para que supieran dónde se encontraba. A la mañana siguiente, un hombre fue al hotel e insistió en que la mujer no daba señales de vida. Personal de seguridad del hotel entró en la habitación y encontraron el cadáver de Deyse.
La policía cree que la joven acordó transportar la droga a cambio de unos 2.600 euros. Un amigo explicó que la mujer quería hacerse una operación de estética y por eso puede ser que aceptase hacer de mula.
(Vía)
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