»Mi esposa y yo estábamos saliendo del cruce de la autopista 238 hacia el este a la autopista I-580 en dirección norte. Noté que una avioneta estaba volando muy bajo. Continuamos hacia la I-580 cuando, sin previo aviso, la avioneta Cessna se abalanzó sobre el tráfico. Mi esposa y yo estábamos continuamente gritando «¡Dios mío!». La mayoría del tráfico ni siquiera respondía ni disminuían. Temí que golpearan el avión, entonces encendí mis luces intermitentes, comencé a tocar la bocina y me moví hacia adelante y hacia atrás en carriles. Finalmente, llegamos a la cola del Cessna mientras los automóviles seguían intentando pasar a la derecha. Pude ver el avión que goteaba combustible. Salí del vehículo para ver si el pasajero y los pilotos estaban bien. Sorprendentemente, nadie resultó herido y no se dañó ningún vehículo ni el Cessna».
