Este guardia de seguridad de un hospital llevaba seis meses grabándose a diario tirándose pedos en la sala donde trabaja para después subir los vídeos a su perfil de Instagram. Recientemente ha sido despedido por ello.
El formato que utiliza para los vídeos es muy sencillo. Sale él en primer plano mirando a cámara, se tira el pedo y sus gestos indican si ha quedado satisfecho o no.
Todo empezó cuando envió un vídeo tirándose un pedo a su chat de amigos y fueron ellos los que le animaron a abrirse una cuenta de Instagram.
Al parecer, sus jefes le pidieron que no publicase más vídeos de ese estilo pero él se negó. Siguió grabándose con el uniforme y en una propiedad privada, algo que también es contrario a las normas del hospital.
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