El hombre fue a la tienda pidiendo un reembolso o que le cambiasen el móvil ya que no funcionaba y los responsables del establecimiento se negaron porque el teléfono goteaba agua, seguramente porque se le habría caído en algún sitio.
Unos 50 minutos más tarde volvió a la tienda y roció la entrada con gasolina para después prender fuego. Uno de los trabajadores reaccionó rápido y cerró la ventanilla de la puerta rápidamente para evitar que el fuego entrase. Algo entró, pero su rápida reacción le salvó la vida ya que esa puerta era la única entrada a la pequeña tienda.