Los médicos de Wuhan, en la provincia de Hubei, en China, descubrieron que una mujer tenía un centenar de parásitos en las pestañas. Llevaba sufriendo un problema de picazón en los ojos durante años y solo lo trataba con agua y gotas para los ojos.
La mujer le explicó a los médicos que ya se había acostumbrado a la enfermedad, pero al no poder más, acudió al hospital. Tras examinar a la paciente y realizarle diferentes preguntas sobre sus hábitos diarios, ella admitió que no había cambiado la funda de su almohada desde el año 2012.
Esto, junto con la falta de ventilación del dormitorio, hizo que los ácaros se acumulasen a un nivel muy dañino.
La mujer fue diagnosticada con blefaritis y conjuntivitis, inflamación de la base de las pestañas y del ojo. Según los informes, se recuperó por completo después del tratamiento.
(Vía)
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