El capitán de un barco de carga ruso desvió el rumbo y la embarcación acabó estrellándose contra un puente de Corea del Sur, estando borracho.
El Seagrand, de 6.000 toneladas, chocó contra el puente Gwangan en Busan. Después del incidente, el capitán intentó girar y salir antes de ser detenido por la Guardia Costera de Corea.
Se le practicó la prueba de alcoholemia y el nivel de alcohol en sangre del capitán era de casi tres veces más del límite legal.
Al parecer, el barco también había golpeado a un crucero amarrado 40 minutos antes del accidente.
Las autoridades hablaron con la tripulación y todavía estaban determinando si el capitán estaba al mando en el momento de los hechos. Beber alcohol es legal siempre y cuando la persona no esté dirigiendo el barco, dijo la KCG.
No se reportaron heridos tras el accidente y una sección del puente fue cerrada al tráfico para realizar una inspección de seguridad, el cual sufrió daños en la estructura inferior.
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