Una vecina de la ciudad rusa de Neftekamsk ahuyentó a un alce salvaje que había llegado hasta un bloque de viviendas lanzándole un gato encima.
El momento lo pudo captar otro vecino con su teléfono móvil:
Más tarde, el alce fue visto en otro bario de la ciudad y por la noche por fin consiguieron dormirlo con un dardo tranquilizante para después trasladarlo al bosque de nuevo.
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