Niels Bohr recibió el premio Nobel de física en el año 1922 por su trabajo sobre la mecánica cuántica y la estructura atómica. Tras ello la cervecera Carlsberg le regaló una casa en Copenhague que estaba conectada directamente por una tubería a la fábrica de cerveza para que tuviese cerveza gratis de por vida.
A parte del orgullo patrio, Carlsberg ya tenía una gran pasión por la ciencia en su empresa. A finales del siglo XIX disponían de un importante laboratorio para desarrollar mejores cervezas.