A Steve Thomson, un albañil de 42 años de edad, la vida le cambió para siempre al ganar 122,7 millones de euros en el Euromillón. Pero el hombre, a pesar de ser millonario, ha decidido no dejar de trabajar ya que no quiere dejar tirados a sus clientes.
El hombre tiene dos hijos y contó en una entrevista que »todavía tengo trabajos que terminar antes de Navidad. Mantendré mi palabra y (los clientes) los tendrán terminados. No voy a colgar mi cinturón de herramientas, definitivamente no lo haré».
Steve ha explicado que el premio es demasiado para ellos y asegura que »vamos a ser generosos. Prudentemente generosos, no sólo con la familia y los amigos, sino que mucha gente se va a beneficiar de esto. Todos van a tener una buena Navidad».
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