Unos policías tienen que detener a su teniente en Nueva Jersey, Estados Unidos porque conducía borracho. Los agentes recibieron una llamada y cuando le dieron el alto al conductor vieron que era su superior.
El nivel de alcohol en sangre del teniente era más de cuatro veces superior al límite legal.
Este es el momento en el que le paran, hablan con él y proceden a detenerlo.
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