Ocurrió en Arizona. Una mujer llegó al hospital con un mini vibrador en su vejiga. El juguete todavía estaba funcionando y le generaba un malestar que no podía evitar de ninguna forma. »Cada vez que se disparaba era como si todo mi abdomen estuviera vibrando».
El accidente ocurrió mientras utilizaba el dispositivo con su pareja. Este se introdujo sin que pudieran hacer nada. »La primera reacción fue de pánico porque acababa de perder algo dentro de mí que todavía estaba sonando … todavía vibraba».
Rápidamente se trasladaron al hospital y en un primer examen pélvico los médicos no consiguieron encontrarlo en la vagina. Con una radiografía vieron lo lejos que había llegado el juguete.
La mujer fue sometida a una cirugía y los doctores consiguieron extraerle el aparato. Ahora la mujer se plantea demandar al fabricante.
3 Comments
Leave a Reply