El veterinario Ernie Ward quiso experimentar lo que siente un perro cuando tiene que dormir en su caseta durante una noche helada. Llevó a cabo el experimento en Chicago, EEUU.
Según explica en el vídeo Ernie, ningún perro está biológicamente adaptado para soportar esas temperaturas. »Harán lo que puedan, se acurrucarán. Tendrán que sufrir por el frío. Ellos sufren!».
Después de pasar más de 4 horas metido en la caseta a temperaturas de -7º, sus manos se entumecieron y empezó a tener temblores incontrolables a pesar de lo abrigado que iba.
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