Una familia que se encontraba pescando en un lago al oeste de Wisconsin (EE.UU) salvó a un joven oso que tenía dificultades para respirar mientras nadaba, puesto que la cabeza le había quedado atrapada en un bote plástico.
Al principio creyeron que se trataba de un perro; sin embargo, al mirar más de cerca, se percataron de que era un oso con la cabeza metida en un recipiente de plástico.
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