Hace unos días el cinturón de castidad inteligente para hombres de la empresa Qiui sufrió un fallo de seguridad que permitía a cualquiera hackearlo y bloquearlo a distancia… para siempre.
Tras esto, un hacker tomó el control de diferentes cinturones de castidad que se encontraban conectados a Internet y exigió que se pagara un rescate en Bitcoin para desbloquearlos.
«Tu pene es mío ahora», le dijo el hacker a una de las víctimas, según una captura de pantalla de la conversación obtenida por un investigador de seguridad.
Al parecer, el fabricante del cinturón de castidad, utilizado mucho en la comunidad BDSM, había dejado una API expuesta, dando la oportunidad de oro a los piratas informáticos malintencionados de hacerse con el control de los dispositivos.
Una de las víctimas recibió un mensaje en el que un hacker exigía el pago de 0.02 Bitcoin (unos 750 dólares al cambio) para desbloquear el aparato. El hombre se dio cuenta de que el dispositivo estaba bloqueado y no podía acceder a él.
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