Las cámaras de seguridad de una cafetería de Barcelona han registrado como un hombre echa unos polvos que podrían ser burundanga en la bebida de una camarera para hacerse con el botín de la caja registradora. La mujer no se percató de que le habían echado droga en su café y empieza a beber.
Empieza a encontrarse mal y los clientes se percatan de ello. También el ladrón, que se mete tras la barra y simula ayudarla.
Se las ingenia para acabar echando a los clientes y, cuando se queda solo, abre la caja registradora y roba un botín de 2.000 euros.
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