Mark Bryan es un ingeniero robótico heterosexual, cisgénero, de 62 años de edad y que vive en Berlín quien hace 5 años empezó a vestir con tacones de aguja y faldas para ir a trabajar sencillamente porque le gusta vestir así. Opina que la ropa no debería tener género.
«Quiero que la gente me vea y piense en lo bien vestido que estoy en vez de debatir mi sexualidad».
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