Esta pequeña fábrica de cerámica en Città di Castello, en la región de Umbría en el centro de Italia, iba a cerrar hace dos años, cuando el propietario decidió deslocalizarla al extranjero para encontrar mano de obra más barata en otro lugar. Pero los empleados no se dejaron abatir y decidieron actuar.
Solo 10 días después de ser despedidos utilizaron sus indeminazaciones para financiar una cooperativa que comprara su fábrica.
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