La DGT baraja reducir a 70 km/h el límite de velocidad en carreteras convencionales, donde se concentra el 77% de las personas fallecidas en accidente de tráfico, y no se descarta que eso suceda muy pronto.
Reducir la velocidad a 70 km/h en las carreteras secundarias serviría para conseguir un doble propósito: por un lado, reducir la siniestralidad en este tipo de vías y, de paso, evitaría que se produzca un éxodo de conductores hacia las carreteras convencionales cuando se implante el futuro sistema de peaje en autovías que baraja el Gobierno.
Sería una forma de disuadir el uso de las vías secundarias para evitar los peajes en las vías de alta capacidad (autovías y autopistas) .
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