A una pasajera de un vuelo de Ryanair le han servido »el bocadillo más triste del mundo», que así es como lo denominaron en las redes sociales. El bocata consistía en un par de lonchas pequeñas de bacon. Nada más.
La piloto de carreras Aimee Woods, que fue quien compró el sándwich, dijo que no lo devolvió y pidió un reembolso porque se estaba »muriendo de hambre». Le envió una foto a su amiga, la autora Liz Nugent, quien la tuiteó diciendo que no estaba segura de si estaba acorde con lo que se anunciaba.