Sin poder volar por presentar un test de antígenos en gallego: esta es la historia de Iván Mato, un coruñés residente en Reino Unido que regresó a su ciudad, con su mujer y su hijo pequeño, para pasar las vacaciones.
Para volver a Londres, la legislación británica le pedía un test de antígenos que realizó en una farmacia y que luego debió subir con antelación a la página web de Vueling, la compañía en la que había contratado el viaje, junto con el certificado de vacunación.
La empresa afirma que un trabajador revisa si los documentos están en orden, y, según ha enseñado al diario La Opinión de A Coruña, Mato recibió un documento que le decía estaban “correctamente validados”. Pero a la hora de embarcar en el aeropuerto de Santiago de Compostela, se encontró con que no podía subir porque la legislación británica solo admite pruebas en castellano, inglés o francés, y la suya estaba en gallego.
Quedó en tierra, junto con su mujer, su hijo, y una pareja en la misma situación. Y sin devolución del importe.
“No tengo mucho que decir a la parte de la normativa” admite Mato “la leí, pero no me fijé en la letra pequeña” que limitaba los idiomas. Sus quejas se dirigen hacia dos objetivos. Uno es Vueling, por señalarles que la documentación presentada era correcta cuando no lo era; por ello, ha presentado una reclamación para que le devuelvan el dinero. En segundo lugar, y con carácter más general, señala que las farmacias están ofreciendo test en gallego por defecto y sin informar de que no vale para vuelos internacionales.
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