Fernando Grande-Marlaska, Ministro del Interior, otorga a los guardias civiles un plazo de un año para que borren por completo los tatuajes visibles situados en la cabeza, el cuello o las manos, independientemente del motivo o expresión que reflejen. Tampoco podrán acceder al cuerpo quienes porten tatuajes en dichas zonas y no accedan a eliminarlos.
El último borrador de la norma que regula el uso del uniforme en la Guardia Civil sí permite los tatuajes visibles o parcialmente visibles en otras zonas corporales como los brazos y las piernas, siempre que no reflejen los motivos expresamente prohibidos.
Se prohíben los tatuajes, ya sean temporales o permanentes, que incluyan imágenes o expresiones contrarias a los valores constitucionales, comprometedoras para la obligada neutralidad política o sindical, deshonrosas con la imagen de la Guardia Civil, obscenas o discriminatorias de tipo sexual, racial, étnico o religioso, así como incitadoras al odio; del mismo modo que se prohiben tatuajes que incluyan contenidos prohibidos por la ley.
En la Asociación Unificada de la Guardia Civil consideran que la exigencia de eliminar los tatuajes incluso podría acabar en el Tribunal Constitucional debido a que afecta a derechos fundamentales como el de la propia imagen y la integridad personal que, según comunican, podría quedar afectada por los tratamientos láser de borrado de tatuajes.
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