Los padres se habían opuesto a que el pequeño recibiera sangre de personas vacunadas contra el coronavirus y habían incluso iniciado una campaña en las redes sociales para que voluntarios antivacunas donaran su sangre.
El hospital italiano presentó un recurso, argumentando que las opiniones de sus padres carecían de base científica y que el niño necesitaba cirugía urgente.
El juez de Módena dio la razón al hospital y consideró que se dan las condiciones de absoluta seguridad en la sangre suministrada, sea cual sea su origen, por lo que el niño podrá ser intervenido.
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