El propio líder norcoreano Kim Jong-Un asistió al lanzamiento del misil Hwasongpho-17 el pasado miércoles donde pudo comprobar el despegue del arma intercontinental. Este hecho, si cabe, le da todavía más importancia a una prueba que llega en un momento crucial para el desarrollo militar de Corea del Norte que ya apunta hacia los misiles hipersónicos.
El misil balístico intercontinental Hwasong-17 es el más grande de su clase jamás lanzado y los analistas apuntan a un alcance de 15.000 km.
El ensayo terminó con el misil cayendo a 150 kilómetros de la costa japonesa, en plena zona de exclusividad económica en el mar del Este o mar de Japón, sin causar daños. Por su parte, el comunicado estatal norcoreano publicado tras el ensayo no detalla el lugar exacto y se limita a anunciar que el misil alcanzó el objetivo correcto. También indica en la misma nota que «el misil balístico intercontinental fue probado verticalmente en consideración a la seguridad de los estados vecinos».
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