La explosión de una tubería que llevaba agua y vapor en la ciudad rusa de Krasnoyarsk casi termina en tragedia. El conductor de un autobús intentó evitar un agujero que obstaculizaba la carretera, pero no pudo. El peso del vehículo terminó por dañar la tubería y un chorro de vapor invadió el interior del vehículo.
Un total de 11 personas resultaron heridas en el accidente, entre ellos adolescentes de 16 y 17 años.
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