Tanya y Adam Phillips son unos padres que se hicieron enormes tatuajes en sus piernas para que su hija Honey-Rae, de 18 meses de edad, no se sintiera diferente al resto. Los padres dicen que para ellos su hija es perfecta, pero que sabían que la gente iba a ser cruel señalándola y mirándola.
Su padre contaba en una entrevista que estaba esperando en una cola cuando vio a una pareja de ancianos cuchicheando sobre la pierna de la pequeña. Era la primera vez que salía a la calle con la pequeña sin taparle la pierna y esa situación confirmó los temores de Adam. »La gente es cruel sin darse cuenta» dice.
La pareja ya había tenido conversaciones sobre hacerse estos tatuajes y ese día se decidieron. Cuando el hinchazón bajó, se lo enseñaron a Honey-Rae. Ella lo tocó, sonrió y tocando la marca de su pierna dijo »iguales».
(Vía)
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