El joven protagonista de esta historia se llama César Espino. Al parecer, el pasado sábado él y su compañero navegaban a unas 2 millas del muelle de Morro Jable cuando vieron una boya utilizada para Palagre (tipo de pesca no muy legal). Alrededor de ella, la típica salida de aire de una ballena, un rorcual de unos 15 metros que se encontraba sola.
Sin dudarlo, se tiró al agua y vio como el animal estaba enganchado a los anzuelos, tanto en la boca como en la cola, lo que le impedía moverse.
César no se lo pensó, se puso delante de la ballena y tras una hora de trabajo, consiguió salvarla de lo que hubiera sido una muerte segura.
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