Cansado de discutir con su novia por las noches sobre quién invade el lado del otro en la cama, Jonathan encontró la solución gracias a un invento casero: Compró un láser y creó una barrera visual que divide los dos lados de la cama.
»Le pregunté a mi pareja quién creía que era el que más se metía en el lado del otro y dijo que al 50%, pero no soy ningún novato».
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