Ocurrió en Liuzhou, China. Durante una discusión con los agentes, el gerente de un restaurante provocó a uno de los policías dándole un beso en los labios.
Justamente después, los policías se le echaron encima y el hombre estuvo detenido durante ocho días por obstrucción a la autoridad. El vídeo está corriendo como la pólvora por todas las redes chinas.
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