Tienen fama de borrachos y ruidosos, pero los aficionados irlandeses desplazados a la Eurocopa de Francia 2016 han demostrado que también tienen su lado sensible.
Un grupo de aficionados que estaba en la ciudad de Burdeos, se subió al metro y se encontró con un bebé que iba en brazos de su padre.
¿Qué fue lo que hicieron?
Le empezaron a cantar una nana al pequeño. Empezaron en un volumen importante, pero poco a poco fueron rebajando el tono hasta cantar susurrando.
Además, en un momento que se abren las puertas, piden silencio a los pasajeros que entran.
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