El incidente lo pudo grabar un vecino en Benwell Road, en Holloway, Londres. El dueño del perro fuerza al animal a que se siente a base de puñetazos y patadas. El can, asustado, obedece, pero cada vez que se levanta el joven le pega de nuevo.
El acto ya ha sido condenado por la Royal Society for the Prevention of Cruelty to Animals (RSPCA), una organización de caridad que promueve el bienestar de los animales, y que tiene su sede en Inglaterra y Gales.
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