Daniel Oyarzún, un carnicero de Zárate, en Argentina, sufrió un robo en su establecimiento y decidió perseguir en su propio coche a los dos ladrones que escaparon en moto. Daniel chocó su vehículo contra la motocicleta, hiriendo a uno de ellos mortalmente.
Los dos ladrones entraron en el local y tras hacerse con todo el dinero de caja, salieron a toda velocidad en la moto. Después del impacto, el conductor de la moto consiguió escapar, pero el otro quedó atrapado entre las ruedas del coche y un semáforo. Más tarde los bomberos lo liberaron y fue trasladado a un hospital, donde falleció.
El carnicero ha sido acusado de homicidio, pero el asegura que nunca quiso acabar con la vida de ninguno de los dos hombres. Sólamente quería recuperar su dinero. Con este caso, se ha reabierto el tema sobre la justicia paralela en el país.
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