Sus padres tratan de hacerlo sentir mejor, le dicen que es un buen portero, pero Tobias, de 9 años de edad, no para de llorar y de auto castigarse. »Yo no soy el mejor arquero. ¡Me metieron un gol de caño! ¡Un gol de caño me metieron!»
»Me metieron un gol de caño!!! UN GOL DE CAÑO!!!»
Al final del vídeo se ve venir el sopapo…
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