Ocurrió hace 40 años. En la carretera nacional de Zamora a Santiago, el accidente de un coche fúnebre contra un camión provocó una de esas situaciones típicas del cine de comedia negra.
El vehículo de la funeraria transportaba los restos mortales de un vecino de Bande, que había fallecido en un accidente en el País Vasco cuando un camión, en las proximidades de Queirugás, invadió el carril y chocó contra este.
Debido a la colisión, se abrió el ataúd y el cuerpo que había en el interior salió despedido. También lo hizo el del conductor del camión. Ambos quedaron tendidos en la carretera inmóviles.
Al presenciar el accidente, varios vehículos pararon y los ocupantes se bajaron para prestar ayuda a los heridos. Al rato llegó al lugar del accidente una ambulancia. Inexplicablemente, el conductor (vivo pero herido) acabó en el interior del féretro y el cadáver en la ambulancia.
Por suerte, los sanitarios se dieron cuenta de la confusión e intercambiaron los cuerpos rápidamente.
(Vía)
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