Laurence Turner entró drogado y disparando al banco Alpine de Rockford, en Illinois pero sus planes se frustraron en segundos. Brian Harrison, el vigilante de seguridad, lo derribó de un disparo en el pecho. El ladrón respondió a tiros pero no tuvo puntería.
En ese momento intentó escapar por donde había entrado, pero las heridas de bala resultaron fatales. Se desplomó sin llegar a atravesar la salida y murió.
La autopsia reveló que el hombre estaba drogado en el momento de cometer el robo.
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