En 1970 el 5,2% de la población Italiana era analfabeta. La mayoría de personas que no sabían leer o escribir eran mujeres que vivían en zonas rurales. Una de ellas, como se sabe ahora, era la madre de tres hijos, al parecer de la región de Catania, en el lado oriental de Sicilia. El escritor siciliano Gesualdo Bufalino ha encontrado una carta suya, que fecha de 1973, y está escrita únicamente en imágenes.
La carta fue dirigida a su marido, un obrero que había migrado a Alemania. Como quería preservar la intimidad de su correspondencia, no pidió ayuda a nadie para escribirla en italiano. Según explica Bufalino, la pareja desarrolló su propio código secreto. Después de estudiar la carta profundamente, pudo extraer algunas de sus letras y traducir los símbolos.
Esta es la carta:
Así es como quedaría el contenido en castellano:
»Mi querido amor, mi corazón está atormentado porque sabe que estás lejos y quiere estirar los brazos hacia ti y hacia nuestros tres hijos. Los dos mayores y yo tenemos buena salud, el pequeño está enfermo, pero no de gravedad. La carta anterior que envié no recibió respuesta, y estoy triste por ello. Tu madre, afectada por una enfermedad, está en el hospital y ahí voy a visitarla. Me acompaña nuestro hijo mediano.
Nuestro pequeño campo sigue arado y sembrado. A los dos trabajadores diarios les di 150.000 liras [unos 500 euros hoy]. En la ciudad hubo elecciones. Voté por la Democracia Cristiana, como sugiere la parroquia. Para la hoz y el martillo la derrota ha sido enorme, como si muriesen en un ataúd. Pero si uno u otro gana, para nosotros, los pobres, es lo mismo: cavamos ayer, y vamos a cavar de nuevo mañana.
Hay muchas aceitunas este año en nuestros olivos. Los dos hombres contratados -uno para derribar los olivos, otro para recogerlos del suelo- me costaron 27.000 liras [unos 90 euros]. 12.000 más para prensar la oliva. Obtuve el aceite suficiente para llenar un frasco grande y uno pequeño. Puedo venderlo al precio actual, que es de 1.300 liras [unos 4 euros] por litro.
Mi lejano amor, mi corazón piensa en ti. Ahora más, porque la Navidad está cerca, y me gustaría estar contigo, de corazón a corazón. Un abrazo de los tres niños y mío. Adiós, amor, mi corazón es tuyo y soy fiel a ti, estoy tan unida a ti como nuestros dos anillos».
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