Es lo que vivieron siete jóvenes seminaristas de Cardiff, en Reino Unido cuando entraron en el pub The City Arms de la localidad el pasado sábado.
Según explican desde el diario Telegraph, el dueño les invitó a irse porque creían que iban disfrazados para una despedida de soltero, pero uno de los religiosos explicó que los siete querían celebrar la ordenación como sacerdote de uno de ellos en el bar.
Pero el portero les dijo amablemente que »tenían una política de no dejar entrar vestidos de fiestas de disfraces o despedidas de soltero».
Luego el gerente del local les pidió disculpas. »Que un grupo de curas beban en tu bar no es algo común, serán bienvenidos siempre que quieran volver».