Los 16 barcos más grandes del mundo producen la misma cantidad de emisiones de azufre que toda la flota de coches del planeta. El dato, por poco conocido y por espectacular (16 contra más de mil millones), es lo suficientemente rotundo como para preguntarse porqué hasta ahora nadie ha buscado una solución al problema. O, por lo menos, porqué no se ha puesto límite a una fuente de contaminación tan grande, aun cuando provenga de una actividad económica esencial como el transporte marítimo (es el que soporta mayor volumen de mercancías en el el comercio internacional).
Ambas cosas -límites y soluciones- parece que están a punto de alcanzarse. Lo primero con una nueva normativa que va a obligar a los responsables de los barcos a reducir siete veces las emisiones permitidas; lo segundo gracias a la idea de una empresa española, Bound4Blue, que en palabras de su fundador, José Miguel Bermúdez considera “absurdo que hoy en día, en pleno siglo XXI, la única idea que se nos ocurra para mover un barco sea quemar combustible”. Mucho combustible cabría añadir, y además de la peor calidad posible, ya que el derivado del petróleo utilizado por los buques es el denominado fuel pesado, el más contaminante.
La idea de Bound4Blue es sustituir el petróleo por el viento. Aunque siendo una compañía tecnológica cabe suponer que su propuesta no es regresar a las naves con las que se aventuraron Cristóbal Colón o Juan Sebastián Elcano, sino algo mucho más sofisticado. “Nuestro sistema de vela rígida es más similar al ala de un avión que a una vela convencional” aclara Bermúdez para explicar cómo son unas velas que “cumplen tres características: pueden rotar, son plegables al nivel de la cubierta y el sistema es totalmente autónomo, recoge datos de los vientos en tiempo real y se orienta solo”. Bound4Blue busca trasladar el concepto de transporte sostenible a un terreno muy poco explorado hasta ahora como es el comercio marítimo. Aseguran que con su sistema las embarcaciones pueden mantener su velocidad de crucero, pero reducir hasta en un 40% el consumo de combustible, con la consiguiente disminución de emisiones. Durante 2018 la compañía va a instalar sus velas en dos embarcaciones muy diferentes: por un lado un pesquero propiedad de un armador de Vigo que busca adoptar nuevas tecnologías a su negocio, y por otro un carguero propiedad de la compañía teatral La Fura dels Baus, con el que realizan espectáculos por todo el mundo.
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