Abi Haywood es una joven de 18 años de edad de Gales que se dedica a hacer vídeos de ella misma estornudando para después venderlos y conseguir dinero para pagarse sus estudios universitarios de Arte.
Abi vende estos vídeos a fetichistas de cualquier parte del mundo. El precio de cada vídeo es de 20 o 30 euros, pero puede llegar a los 100 euros en el caso de que el cliente pida algo más específico, como incluir sus pies en el vídeo o que se grabe estornudando en un lugar público.
»Recibí una solicitud de un hombre que quería que estornudara en un baño público, por la privacidad, el eco y el carácter clínico del lugar», explica la joven.
Para estornudar, la chica se ha creado una especie de palo fino hecho con silicona y látex que le sirve para hacerse cosquillas en la nariz y provocar así los estornudos.
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