El alcalde de Coripe, el pueblo sevillano donde el Domingo de Resurrección se tiroteó y quemó un muñeco que representaba a Ana Julia, la asesina confesa de Gabriel, ha pedido perdón a los padres del pequeño y asegura que en su pueblo no son racistas.
Se llama la ”Quema de San Judas” y ocurre cada Domingo de Resurrección en Coripe, una localidad sevillana: Interpretan el castigo a algún personaje famoso o conocido. En mitad de la plaza, colocan a un muñeco caracterizado con los rasgos del personaje elegido y disparan contra él.
El alcalde ha reconocido que pensaba que este año el quemado iba a ser Carles Puigdemont y ha pedido perdón a los padres de Gabriel, que han emitido un comunicado en el que muestran su «frustración, tristeza y pesar» por lo ocurrido en Coripe.
«Nunca pensamos que se armaría esto», explicó el alcalde. Ha admitido que «pudo haber insultos, ni se sabe por parte de quién, pero hay que entender la idiosincrasia de un pueblo y de una tradición, en la que no hay maldad, pudo haber insultos pero no hubo racismo».
Como explicábamos en el post anterior, Movimiento contra la Intolerancia ha denunciado los hechos ante la Fiscalía de delitos de odio de Sevilla. Aseguran que hubo insultos racistas. “No creo que sea la forma de enseñar a nuestros menores. Y desde luego, aunque repudiemos a esta persona por el crimen que ha cometido, este no es el camino”.
(Vía)
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