En el año 1971, el astronauta David Scott recreaba el famoso experimento de Galileo en la Luna al soltar simultáneamente un martillo y una pluma. Lo hizo durante la misión Apolo 15.
En la Luna hay una gravedad más débil, pero lo que no hay es atmósfera, y por tanto no hay resistencia del aire. Por eso se cumplen las condiciones para que ante una caída no haya una fuerza de resistencia por parte del aire, y por tanto dos objetos soltados desde la misma altura deberían tocar el suelo a la vez.
Scott llevó un martillo de 1,32 kilos y una pluma de halcón de 30 gramos. Los dejó caer desde la misma altura y demostró lo que según la física debería pasar.
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