Un hombre robó una camioneta en Tonalá, México sin darse cuenta de que había una niña dormida en la parte trasera. Una patrulla de policía inició una persecución y el ladrón, en su huída, entró en un templo y subió a la parte superior, donde amenazó con lanzarse.
En ese momento consiguieron agarrarlo del pie con una cuerda para evitar que se tirase y quedó colgando boca abajo. Un policía desde abajo empezó a golpearlo como si se tratase de una piñata.
Las personas que estaban presenciando la escena no dejaron de animar para que le siguieran pegando.
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