Una pareja de cormoranes defienden su nido de cangrejos invasores que tratan de comerse su polluelo. En la lucha uno de los cangrejos es herido en una de sus pinzas y no duda ni un instante en auto amputarse su propia extremidad para seguir avanzando.
Esta autoamputación se efectúa mediante un mecanismo reflejo denominado autonomía. Estos cangrejos tienen una articulación «destructible» cerca de la base de cada una de sus extremidades. En caso de necesidad, el animal puede romper instantáneamente la articulación para separar la extremidad de su cuerpo, sin que esto le represente un daño mayor, pues después puede regenerar el miembro desprendido.
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