Julen es un niño de dos años de edad que la semana pasada se cayó por un pozo de 25 centímetros de diámetro y sigue atrapado a casi 110 metros de profundidad en la localidad de Totalán, en Málaga. Centenares de personas llevan trabajando sin parar desde ese momento. Para llegar hasta el pequeño se ha rebajado el terreno 30 metros y se han perforado dos túneles verticales (uno a cada lado del pozo de Julen) para después conectar ambos con una galería horizontal de 4 metros.
Un grupo de mineros asturianos serán los que realicen esa galería horizontal picando a mano para no provocar posibles movimientos de tierra.
Para que los mineros bajen hasta ese punto, se ha construido de forma artesanal una cápsula-ascensor que será descolgada con un camión grúa. La cápsula ha sido fabricada por los hermanos Carlos y Miguel Tirado, que regentan la carpintería metálica Inalme, en Alhaurín el Grande. La cápsula tiene un diámetro de 1,05 metros por 2,5 metros de altura y está diseñada para dos personas con material para excavar o tres en caso de necesidad de rescate.
Pesa 300 kilos y está fabricada con tubos estructurales de hierro. Los anclajes, que fueron supervisados por los propios mineros, soportan hasta 5.600 kilos de peso. Ha sido fabricada siguiendo el boceto dibujado a mano por el director técnico del Consorcio Provincial de Bomberos (CPB), Julián Moreno:
La cápsula tiene en la parte baja una ‘caldera’ (en el argot de los mineros), que es una especie de vasija desmontable en la parte baja. El suelo es de rejilla para que, cuando excaven la galería de cuatro metros hasta el pozo de Julen, la tierra vaya cayendo al fondo del túnel vertical y no sea necesario sacarla a la superficie. En la parte superior, tiene una protección por si cae alguna piedra. Los laterales llevan ruedas.
Este es el dibujo hecho por Julián Moreno:
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