El 60% de los radares fijos de las carreteras francesas han sido inutilizados, atacados, destruidos por el movimiento de los chalecos amarillos, ha dicho este pasado jueves el ministro del Interior, Christophe Castaner.
En las carreteras de Francia hay instalados unos 3.200 radares fijos. 2.500 de ellos para controlar la velocidad.
»He visto en las redes sociales a algunos imbéciles hacerse fotografías junto a radares quemados. No les deseo que se tengan que enfrentar un día a la realidad de una muerte en la carretera», ha declarado el ministro.
Por dañar un radar, las sanciones pueden alcanzar hasta los 30.000 euros y dos años de cárcel. Una destrucción puede alcanzar los 75.000 euros y cinco años de prisión.
(Vía)
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