El dueño de un hotel rural del pueblo asturiano Soto de Cangas denuncia a un vecino que tiene un gallinero al lado de su hotel porque sus gallinas molestan a los turistas que se hospedan en su negocio.
El Ayuntamiento de Cangas de Onís le ha dado la razón al empresario y ha emitido una resolución en la que ordena el cese inmediato de la actividad de cría de gallos. El vecino ya prepara un recurso contra citada resolución para poder conservar su gallinero y dice que »no es ningún criadero de gallos, no existe actividad económica ninguna, pues son para autoconsumo» y que »las gallinas y los gallos estaban ahí antes incluso que la casa que acoge los apartamentos».
Estas son las reflexiones que hace un vecino del pueblo respecto a lo sucedido:
11 Comments
Leave a Reply