Uno de los clubs de moda de Nueva York, el Boom Boom Room, situado en la planta número 18 del hotel Standard, tiene una sorpresa preparada a los clientes cuando utilizan los baños: Pueden ser vistos desde pie de calle gracias a unos enormes ventanales.
El local no avisa en ningún sitio a los clientes del espectáculo que darán y la mayoría de ellos se dan cuenta cuando ya están semidesnudos.
Al parecer, lo que busca la campaña publicitaria es incitar a los clientes a que excedan sus límites en cuanto a lo que se debe hacer en un hotel. No es la primera vez que el edificio (propiedad del magnate Andre Balazs) es protagonista de un caso de publicidad morbosa. En 2009, varias parejas aceptaron el reto de mantener relaciones sexuales a ojos de los paseantes. Pero bueno, en esa ocasión la pareja fue avisada.