Al terminar la audiencia general en la Plaza de San Pedro, el Papa Francisco abrazó a un enfermo afectado por neurofibromatosis, una enfermedad neuronal que produce tumores en la piel y deformidades en los huesos.
La neurofibromatosis es una de las enfermedades genéticas más comunes, pero la apariencia de los enfermos genera un gran rechazo hacia ellos. El mal no es contagioso. El Papa ha querido lanzar un mensaje de solidaridad y comprensión acogiendo a esta persona enferma en su regazo y tomando su cabeza entre sus manos.
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