Ocurrió en el museo Prittlewell Priory de Southend, en Inglaterra. Los padres levantaron al pequeño por encima de la mampara que protegía el ataúd y lo colocaron dentro. El ataúd de piedra arenisca no soportó el peso y cayó de su soporte. Una parte de este se rompió y al ver la situación, la familia se fue del lugar sin avisar a los responsables del museo, pero fueron cazados por las cámaras de seguridad, aunque el vídeo no ha trascendido.
La pieza data del siglo XIII y fue encontrada en 1921 con el esqueleto de su ocupante todavía dentro.
No es la primera vez que el ansia de una foto para las redes sociales tiene consecuencias fatales para el museo. No hace mucho vimos como una visitante causó daños por unos 200.000 dólares al acercarse demasiado a una exposición al intentar hacerse un selfie…
5 Comments
Leave a Reply