El ‘Devil’s Hole’, también conocido como The Rotor, fue una de las atracciones más temerarias: hasta treinta personas entraban en un barril enorme que giraba a tanta velocidad que quedaban suspendidas en el aire. Eran frecuentes la asfixia y los golpes. También los niños eran admitidos.
En los años cincuenta el mundo de las atracciones no contaba con la cantidad de normas de seguridad de hoy en día y los circos y parques de atracciones eran territorios salvajes que ofrecían números delirantes e instalaciones llenas de temeridad y peligro.
Devil’s Hole (Agujero del Diablo), fue una de estas atracciones, prohibidas más tarde, que tuvieron una gran popularidad. Su diseñador y patentador fue el alemán Ernst Hoffmeister, que lo ideó a finales de los cuarenta, estrenándose en el Oktoberfest de 1949.
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